domingo, 12 de octubre de 2014

El Jardín de Palacio.


El Jardín de Palacio.
El brote de un amor considerado maleza.
Guby A. Spinscky-Baxier.

S.A.R. el Infante de Simsburgo, Don Jacinto De Simsburgo.
Foto de su adolescencia.
La vida de Don Jacinto ha sido difícil desde mucho antes de sus primeros brotes, como ya todos saben. La Familia Real, se vio involucrada en dos grandes juicios, para determinar si un pequeño simagreste cosechado del jardín de la Reina, podía ser considerado su hijo y si podría llevar el apellido real, mientras paralelamente los jueces se pronunciaban si Don Lechuguín podía ser considerado en la lista a la sucesión del trono.

Los años han hecho lo suyo, y por lo visto el aire de Willow Creek le sentó muy bien al Infante, porque ha desarrollado un cuerpo muy musculado y se le ve de muy buena madera, logrando miradas de muchas jovencitas, pero las malas lenguas indican que sus ojos son sólo para una.

Hace unos días, la joven Duquesa de Anónima, vino desde Simsi para asistir al cumpleaños de la Reina Nicoletta I pero todo indica que podría prolongar la visita más de lo esperado, ¿el motivo?, al parecer su dieta a partir de ahora será un Lechuguín.

S.A.R. el Infante de Simsburgo, Don Jacinto De Simsburgo.
Foto en la actualidad.
Excma. Sra. Duquesa de Anónima, Doña Camelia Gómez y De Simsi.

Todo habría comenzado en el rellano de la Escalera del Rey, donde Doña Camelia y Don Jacinto cruzaron su mirada por primera vez, quedando flechados.  El Infante corrió a besarle las manos, sin quitarle la mirada de encima, ella por su parte lo miró de arriba abajo, y un pensamiento hablado hizo eco que las tres plantas que abarca la escalera: “¡Oh! Pero qué musculoso”. Don Jacinto, sin dudar un instante, comenzó a enseñarle los músculos a la Duquesa, diciéndole: “Para saber si una verdura está fresca y madura hay que tocarla Excelentísima”, hasta que el apuro y la inexperiencia de Don Jacinto lo motivaron a dar un paso en falso al bajarse los pantalones para “enseñarle la frutera”, lo que por poco le costó una cachetada.

Sólo Doña Camelia sabe si lo que vio era grande o pequeño, pero mi mente morbosa me lleva a recordar que conforme dictaron los jueces “su ADN es 50% De Simsburgo, 25% Macklamoor y 25% Lechuga Fresca, por tanto sus apellidos han de ser De Simsburgo y Macklamoor-Lechuga”, por tanto, es más nieto de Don Carlos I el Berenjeno, que de una ensalada.

Don Jacinto enseñádole la musculatura de la Duquesa.
Sólo ella sabe...

Pero como se dijo al inicio de este artículo, nada es fácil para Don Jacinto. Debido a que el Infante no es heredero al trono y por tanto, no suficientemente digno para otras Casas Reales, haciéndolo vivir con el temor que le prohíban volver a ver a su amada Duquesa. Después de todo, le han dicho más veces “No” en la vida que a cualquier otro ser, y es por eso, que la relación se alimenta y fortalece en encuentros furtivos, coqueteos de pasillo, y caminando a hurtadillas.

Por fortuna, el Palacio es tan grande, y los horarios de la Familia Real son tan disimiles, que para los tortolitos a ratos no es difícil perderse por un tiempo, e incluso a veces creo que les despierta la libido el poder ser sorprendidos, aunque que todo podría tratarse de una estrategia para que los sorprendan in fraganti, para que los obliguen a casarse.

Vivir con amor, vivir con temor.
¡Oh!, no son siliconas.



sábado, 11 de octubre de 2014

Matrimonio de S.A.R. el Infante de Simsburgo, Don Carlos Macklamoor y De Simsburgo, y la Excma. Sra. Duquesa de Dos Altos Montes, Doña María Antonia de Villakisiera y De Todos Meopongo.

Willow Creek: Domingo, 05 de Octubre de 2014.
S.A.R. el Infante de Simsburgo, Don Carlos.

S.A.R. Don Carlos y la Excma. Sra. Doña María Antonia.

El pasado domingo 05 de Octubre de 2014, S.A.R. el Infante de Simsburgo, y Duque de Alsimsia, dos veces Grande de Simsburgo, Don Carlos Alberto Sancho Alfonso Juan Manuel Del Sagrado Corazón Macklamoor y De Simsburgo, el segundo hijo de la S.M. la Reina Doña Nicoletta I, contrajo matrimonio con la Excma Sra. Duquesa de Dos Altos Montes, Doña María Antonia De Villakisiera y De Todos Meopongo, en una ceremonia de estado que se realizó en la Planta Principal del Palacio Real de Simsburgo en Willow Creek.

El Beso en el Altar, interrumpido por los colados. 

La boda se realizó a través de un acuerdo nupcial entre la Casa Imperial de Todos Meopongo y la Casa Real de Simsburgo, con el fin de afianzar la unión entre ambas familias, situación que viene a dar fin a la rivalidad que se había generado tras la prohibición de noviazgo entre S.M. el Rey Don Carlos I, en esa era Infante de Simsburgo, y la S.M.I. la Emperatriz Airis I, quien ostentaba el título de Gran Duquesa de Todos Meopongo, por su parte.

Los novios y S.A.R Doña Sofía.
LOS INVITADOS.

Entre los más de 2.000 invitados, de los cuales solo el 91% asistió, destacaron los miembros de las Casas Imperiales de Todos Meopongo y Del Mal, la Casa Real de la Isla de la Cruz, la Casa Principesca de Simsi y por supuesto la Casa Real de Simsburgo, organizadora del evento.

S.M. la Reina Doña Nicoletta I, sirvió de anfitriona en el evento.

También estuvieron presentes muchas familias nobles y aristocráticas, entre las que destacaron: Los Duques de Gest y Marqueses de Robles, los Duques de Lápida, de Quejas, de Temores, de Longeva, y de Culetes. Los Marqueses de Giulianno, de Letras, de Bienquerida, de Aurora Sonriente, de Gracias, de Vecinos y de Alada. Los Marqueses-Condes de Reivindicación, de Xionrose, de Isla Cerca y Mística. Los Condes de Entusiastas, Palacetes, Pesadilla y Meaburros. Los Vizcondes de Nolosveo, y los Barones de Piropos y Dos Cuentas.

S.A.R. Don Scot (de pie), S.A.R. Don Jacinto y el Excmo. Sr. Don Hank.

EL BRINDIS.

Fiel a sus excéntricos gustos, la Emperatriz Airis, volvió a colocar la nota alta, cuando en un brindis por los novios, indicó que no había traído un regalo para los recién casados, porque el haber pagado la operación de implantes de silicona de la novia era el mejor regalo que le podía dar a su ahijado Carlos, y que le deseaba que los disfrutara mucho durante la noche de bodas.

Una colada fue la que filtró al información del regalo.


LA CEREMONIA.

A juicio de los asistentes, la ceremonia habría estado perfecta si no hubiese sido por los colados, que se colocaron de pie en la primera fila, tapando la vista a quienes estaban sentados, haciéndolos perder el emotivo instante en que la Duquesa usaba todas sus fuerzas para colocar el anillo en el dedo de Don Carlos, mientras pensaba en voz alta “vamos maldito anillo, ahora no, vamos, antes que se arrepienta…

El anillo no entraba.

EL PASTEL.

Ya casados, Don Carlos se dirigió a cortar el humilde pastel dispuesto para la ceremonia, sin embargo, la ya Infanta Consorte de Simsburgo, Doña María Antonia, prefirió ir a bailar con sus amistades, lo que presagia que las antiguas costumbres pasarán al olvido.

El Pastel.

S.A.R. Don Carlos llevaándole un trozo de pastel a su mujer. 


sábado, 4 de octubre de 2014

Don Carlos enamorado.

Excma. Sra. Duquesa de Dos Altos Montes, Doña María Antonia de Villakisiera.

Willow Creek: Sábado, 04 de Septiembre de 2014.
S.A.R. el Infante de Simsburgo, Don Carlos.


A través de un acuerdo nupcial entres la Casa Imperial de Todos Meopongo y la Casa Real de Simsburgo, la Exma. Sra. Duquesa de Dos Altos Montes, Doña María Antonia De Villakisiera y De Todos Meopongo, se ha comprometido en matrimonio con S.A.R. el Infante de Simsburgo y Duque de Alsimsia, dos veces Grande de Simsburgo, Don Carlos Alberto Sancho Alfonso Juan Manuel Del Sagrado Corazón Macklamoor y De Simsburgo.

Don Carlos y Doña María Antonia, en la ceremonia de petición.

La ceremonia de compromiso, se realizó a puerta cerrada en la Saleta Amarilla o de Los Planos, en el Palacio Real de Simsburgo, en Willow Creek. Según trascendió, Don Carlos realizó la petición totalmente fuera de protocolo, recitando un poema escrito por su puño y letra, mientras yacía arrodillado semidesnudo, contrastando con la duquesa, que vestía de gala y quien mantuvo la compostura durante todo el evento.

Doña María Anotnia evaluando el anillo.

Una copia del poema, ha estado circulando en las redes sociales, aunque la Casa Real nuevamente no ha querido referirse al hecho.


Cuando me hiciste esa pregunta,
me revelaste tus oscuros gustos.
Más no creo en que me insultas,
cuando publicas que te doy susto.

Mi uniforme despertó tu codicia,
más no creí en sus bellos trucos.
Al frío casco donaste una caricia
y unos piropos al marcado bulto.

Acepto con gusto llevar un casco,
como condición a un matrimonio.
Hoy me ofrezco a ti semidesnudo,
vestido con un anillo para casorio.


Don Carlos sosteniendo a Doña María Antonia.