En la cama con un Ferrari, ¿historia de un suicidio por chantaje?

En la Cama con un Ferrari,

¿Historia de un suicidio por chantaje?

Guby A. Spinscky-Baxier

Uno tiende a pensar en la vida, que las conspiraciones son hechos que sólo ocurren en las películas, pero de vez en cuando se desvelan misterios que nos recuerdan que la realidad supera la ficción. Para muchos residentes de Monte Vista, tomó por sorpresa cuando en primera plana se publicó que el destacado chef internacional, Gino Ferrari, habría muerto por las graves consecuencias al maldecirse a sí mismo, un una forma de suicidio que hasta ahora solo veíamos en los cuentos.

No conforme con lo dicho por los peritos de la época, me enfrasqué en investigar hasta el último detalle, me entrevisté con familia, amigos, e incluso con algunos peritos que participaron en la investigación, y que obviamente no puedo revelar sus nombres. Fue así, como un día Benjamín Ferrari, albacea de Gino, me entregó una carpeta con fotografías, cheques sin cobrar, y un añoso cuadernillo, que simulando ser un recetario, en realidad era su diario de vida.

Gino, es más de una página habla de cómo el Duque de Gest, Don Hank Macklamoor, lo acosó sexualmente más de una vez, y de cómo varias veces le tocó o rosó sus partes íntimas, durante sus primeros años en Monte Vista, mucho antes de ser conocido como la leyenda del deporte que es ahora. Dichos acosos habrían parado cuando Gino interpuso una querella en contra de Don Hank, la cual terminó por mediación.

Él vivió el resto de sus años en relativa calma según relata el diario, hasta en sus páginas él plasma el drástico giro que dio su vida:

“Querido yo:

Te consta que llevo tres días sin dormir, y aún no dejo de tener miedo y rabia con mismo. Me siento tan mal, y tan sucio que me he duchado hasta hacerme tira la piel.

Maldigo el día y la hora en que puse un pie en el despacho del Primer Ministro Constanzo Rossi. Yo estaba tan emocionado, pensé que por fin me entregarían mi permiso para construir un restaurant, y que sería Don Constanzo quien me lo entregaría por su propia mano. Mis manos sudaban, y mi corazón latía de alegría cuando él me pidió que me sentase, después de saludarlo aparatosamente hasta cansarme.

En la mesa había una sobre con un sello de lacre, y un cheque, el Primer Ministro me dijo – Gino, como es bien sabido que deseas de todo corazón tener tu cadena de restaurantes y para eso hacen faltas algunas firmas, previo a gastar tintas de algunas plumas, algunas personas importante hemos de recibir tu ayuda, así que te entregaremos una misión.

Ay querido diario, si ese sello de lacre hubiese sabido que era un sello de lacra jamás habría aceptado”.

Pongámonos en contexto, la fecha en que se habría concretado esta reunión, fue horas antes de la despedida de soltero de Don Hank Macklamoor, quien muy pronto se casaría con el Marqués de Robles, y Mozo de Compañía de la Reina, Don Pedro Robles, matrimonio arreglado por la propia reina, Su Majestad Doña Nicoletta I de Simsburgo, recientemente coronada a esa fecha.

En sus planas, Gino plasma como al día siguiente a las 18:00 horas en punto, vestido de gala, fue escoltado hasta una limusina, por don hombres de trajes negros y lentes oscuros. Él relata los hechos así: “el rubio, con un aspecto que daba miedo, me dijo duramente: Gino tu misión es que durante la fiesta de soltero de Don Hank, lo seduzcas y tengas sexo con él… pensé que era una broma, pero ese hombre no podría haber estado hablando más en serio”. Aquel hombre que por tanto años acosó a Gino, volvía a las suyas, pero ahora convertido en Duque manifestaba todo su poder, a ojos del afectado. ¿pero quién orquestaba todo esto?, ¿Constanzo, Hank, o acaso Su Majestad?, ¿cuál era el sentido o el fin?.

Gino prosigue contando “los hombres infiltrados estaban en todas partes, y yo ya no sabía quién era quién, todos se divertían, yo traté de pedir ayuda, pero no encontré a nadie en quién confiar […] bailé con Don Hank toda la noche, quien me miraba muy emocionado, y fue cuando me miró fijo a los ojos, que él era uno de aquellos hombres que no tenía una mirada maliciosa, era obvio que yo le gustaba, era obvio que yo era su amor platónico, pero él mismo se medía en el baile para no sentirme incómodo, hasta que vi como el rubio me amenazaba y uno de los vedettos simulaba apuntarme con un arma, fue ahí en que con todo el asco del mundo, tomé al Duque y bailé como el siempre quiso bailar conmigo”.

No tomando crédito en lo leía, busqué todas las escasas fotos que hay de la despedida de solteros, y en ninguna sale el rubio, pero si aparecen Gino y Don Hank bailando. Cuando todos se fueron a dormir, Gino relata cómo fue llevado a una habitación y lo desnudaron por la fuerza, y una vez desnudo, el Primer Ministro en persona entró a la habitación: “Constanzo estaba ahí, yo estaba desnudo y muy nervioso, y me amenazó una y otra vez, y me sentenció que tenía dos alternativas, amanecer en la cama de Don Hank o amanecer como cadáver flotante en el mar […] querido yo, le supliqué, le rogué, hasta que vi el arma y yo mismo, con los ojos cerrados para ocultar las lágrimas, temblando de miedo, rabia y dolor entré a la habitación”.

No sé si fue Gino u otra persona que la arrancó la página donde sale que pasó después, y el único testigo es Don Hank, quien obviamente se rehusará a hablar al respecto. Pero los chantajes no pararon, y el silencio de Gino al parecer tenía un precio de 10.000 simoleones por semana, ya que guardo más de 5.429 cheques por ese monto sin guardar, todos a nombres de distintas personas e instituciones, a las cuales habrá que investigar una a una.

Respecto a su suicidio, habiendo entrevistado a más de 78 personas, ninguna ha declarado saber si Gino tenía poderes mágicos o conocimiento en pociones,  a lo que debemos agregar que ninguna de las 14 logias mágicas asume haberlo tenido en sus filas, aunque es válido aclarar que no es obligatorio registrase, pero deberemos asumir, que quizás nunca llegaremos a la verdad.

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NOTA ACLARATORIA:

S.M. el Rey Don Carlos I y el chef internacional Gino Ferrari.

Pedro y Gino no tienen ninguna relación ni parentesco, salvo que poseen un rostro y peinado similar, como todos los hombres de Monte Vista, donde parece que el peso de la genética histórica fue fuerte.

En mi juego Gino Ferrari en esa época era adulto, de cuerpo atlético y definido, quien tenía un noviazgo con Jalissa Rivers, y por tanto, siempre rechazó a Hank Macklamoor a quien conoció en un chat, en cada uno de sus acosos.

Por otro lado, Pedro Robles, quien jamás ha cambiado sus nombres ni apellidos, porque les hago conservar los nombres de soltero, era un adulto joven, mucho menor que Gino, más flaco, con facciones parecidas pero de rostro más delgado, y un poco más peludo que el chef. Cuando la reina volvió de la Universidad Sim, se alojó en la Granja de Don Pedro Robles, con quien compartió casa por ser su Mozo de Compañía.

Excmo. Sr. Duque de Gest y Marqués de Robles, Don Pedro Robles.

Cuando Pedro conoció a Hank en el matrimonio de la reina, Pedro se le insinuó a Hank, pero éste, aún obsesionado con Gino nunca le prestó atención. Los años fueron pasando, y como uno de los requisitos de la profesión de Pedro era hacer ejercicio constantemente, pasó de ser el típico flaco, a convertirse en un hombre de músculos definidos, lo cual con el tiempo logró tener un aspecto físico similar a Gino, y ahí fue cuando Hank recién lo tomó en cuenta.